“Yo quiero verte luz mía, claridad de mis ojos, único gozo mío, sostén de mi torpeza y mi invalidez y mi sonambulismo. Tú eres mi único apoyo en este mundo y mi única razón de vivir. Óyelo, óyelo, no me falles […] Te beso, te espero, te busco y te tengo, Tu Gabriela”. Mistral a Doris Dana
Hubo un enorme silencio,
Para aquel entonces en la sala
Mistral arrastraba la pluma
Sobre el papel de carta
Como quien deja el alma
En cada línea y encuentra
En cada palabra consuelo,
Doris, Doris mía, reparo del cielo,
Oh ángel divino, no desvaríes
No dejes que la locura
Ponga casa en tu cabeza
Cada instante no son más tuyos
Como lo soy yo,
Después de tantos poemas entrelazados
Amores fingidos, encuentro el tuyo
Tan inequívocamente distinto
Con un fuego que arde muy dentro
De mi cuerpo, como si el mismo demonio
Encendiera la pluma para contarte
Como van las cosas en Santiago.
Hace poco un premio novel suscito un alboroto
Pero aun no soy capaz de levantarme
Correr hasta tu puerta, sacarte a rastras
Hasta la plaza, y besar tus labios rojos
Y por más poemas y más cartas
Sigo sintiéndome tan lejos de tu cuerpo
Tan pobre y tan callada,
Hundida en un encierro.
Esta prisión del alma
Donde tu mirada converge
A la mía, y en silencio
Tomas mis escritos, entras a la oficina
Te beso y levanto tu falda
Hasta descubrir tus piernas frías
Esta mañana poco soleada
Apenas si te entibia los muslos
Y yo aquí poema tras poema
Traspapelando lo nuestro
Con aires de amistad
No sabes Doris como quisiera huir
A la nada, el autoexilio
Tiene brotes de silencio
Animo en cada esquina
Y una tremenda paz que desborda
Arta estoy de los chismes
inedito 16 febrero 2012
1 comentario:
Publicar un comentario