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18/3/11

APOLOGIA DEL SUICIDIO




Uno debería morir,
Cuando mas le de la gana.
Morir por la mano propia,
En una tarde serena.
Si esto así fuere,
Es que nadie tendría.,
El deber de ser entonces, suicida.
Seria bueno por ejemplo.
Morir meciendo el cuerpo.
En una silla, cuando cae la noche.
Paseando en triciclo,
Mientras alegremente se juega.
Escribiendo un verso.
O leyendo alguno.
Morir, sin remordimientos.
Como si dueños somos,
De la vida, así también,
Dueños de la muerte.
Abiertos al viento.
Sin esperanzas inútiles.
Anidabas en los bolsillos.
Ni promesas de vidas eternas.
Chasqueando a cada paso.
Es que uno debería,
Morir cuando mas le de la gana.
Morir en la juventud,
O morir siendo muy viejo.
Morir cuando el alma, lo diga.
Y lo diga si también el cuerpo.
Es que por eso nadie debería,
Tener el deber de ser suicida.

ps: he querido retomar dos poemas de mi librito terra promessa, que apareceran en el libro final VENTANA XII.. que los disfruten

2 comentarios:

José dijo...

Si uno pudiera morir a voluntad, con solo pensarlo, habría muy poca gente
:)
Saludos

Rolando Merayo dijo...

Saludos amiga, un gusto poder pasar por acá y leerte, sigue escribiendo, no pares nunca.

=)